Sean mis primeras palabras para gradecer al Gran Arquitecto del Universo la oportunidad de poder estar frente a todos vosotros, mis Queridos Hermanos, en un día que es especial. Es especial, que duda cabe, por varias razones:
La primera dice relación con la conmemoración y celebración del duodécimo aniversario de la Consagración de la Gran Logia Autónoma de Chile. Citando los incisos 1 y 2 del artículo N°1 del Libro de la Constitución y Reglamentos Generales:
“La Gran Logia Autónoma de Chile, es una respetable asociación de hombres que valoran, por sobre todo, el honor y la virtud por encima de cualquier ventaja externa de rango y de riqueza, donde cada miembro es recibido en igualdad de condiciones, y sus acciones son guiadas por el Primero entre sus iguales en honor y gloria al Gran Arquitecto del Universo.”
“Es una asociación fraterna, universal, incluyente, participativa, proactiva, espiritualista y no dogmática. Impulsa a trabajar en el perfeccionamiento de valores y principios de la Francmasonería, y los motiva en la práctica de virtudes inherentes a la esencia de sus asociados, en otras, la FE, la ESPERANZA, y la CARIDAD.”
¡Larga vida amada Gran Logia Autónoma de Chile!
También es el momento del año en el cual la gran mayoría de los Hermanos, independiente del oficio y grado que ostentan, nos reunimos y compartimos en armonía y felicidad. Nos damos un apretón de manos, compartimos un abrazo y entablamos conversaciones cálidas y amistosas. Por ello es una fecha que debemos atesorar, pues nos recuerda vívidamente la práctica de la Fraternidad, ya que, siendo el Rito de Emulación de esencia espiritual, todo esto llega por añadidura y la felicidad que alcanzamos, es una confirmación que estamos avanzando por el camino correcto, y que con mazo y cincel escuadramos nuestro sillar que anhela llegar a ser perfecto.
Y la tercera razón, pero no por ello menos importante, que hace de este día especial, es la convocatoria que nuestro Muy Respetable Gran Maestro Patricio Espinoza ha realizado, en la que rinde cuenta de su gestión y nos inspira con sus Luces. En esta ocasión coincide con el término de su segundo trienio dirigiendo el Gran Taller y la instalación del Gran Maestro que le ha de suceder, honor que he recibido sin falsa humildad por el apoyo y beneplácito de los Venerables Hermanos del Claustro Elector.
Habiendo visto el magnífico y ecuánime proceder de mis dos beneméritos predecesores, reconozco las muy altas responsabilidades que el cargo me impone y los privilegios que me otorga, por lo cual me declaro ante vosotros como el principal servidor de la Gran Logia, sin que nunca mi objetivo pueda llegar a ser otro que el de servir a mis Hermanos y a la Masonería Universal con lo mejor de mis habilidades.
Nuestro primer Gran Maestro fue Pedro Morales Segura quien, con claridad de propósito, reconoció que la verdadera Masonería debía estar basada en el trabajo espiritual; con tal convencimiento, determinación, vehemencia y duro trabajo, hace ya doce años trazó los planos de la obra, preparó el terreno y con el carrete demarcó los límites de la edificación; fue a la cantera y seleccionó grandes bloques de construcción; muchos macizos eran apropiados para cortar piedras que debían ser cubicadas; pero también hubo mucho ripio que fue necesario dejar ir. Durante seis años de aplicar sus herramientas con la complicidad de las virtudes cardinales, sacando fuerza de flaqueza y sin rendirse ante las dificultades, que parecían interminables, el terreno logró ser nivelado y reservó un buen acopio de piedras para preparar los cimientos. Buenos Hermanos se unieron a esta visión de Masonería, quienes hicieron suyo el llamado a colaborar en distintos modos y formas según sus talentos y habilidades.
Por ello, no puedo sino reconocer con gratitud el impulso Creador en esta primera etapa de la GLACH, dos trienios bajo la Luz de nuestro primer Gran Maestro. Muchas gracias Muy Respetable Hermano Pedro, “la piedra” fundacional en la esquina noreste.
La solidez de las instituciones se demuestra en el instante en el cual hay sucesión en la cadena de mando; existen muchos ejemplos en el cual organizaciones e instituciones, al transitar este momento, se desmoronan para nunca más brillar. El año 2019 un nuevo Jefe de Obras tomó los planos y continuó los trabajos sobre lo ya avanzado. La segunda etapa en la construcción de nuestra GLACH inició en paz, con la armonía propia de Emulación. Con Fuerza y Estabilidad nuestra Orden demostraba ser capaz de transitar la sucesión del mando. El M.R. Hermano Patricio Espinoza Lastra, la PIEDRA CLAVE esculpida en la primera etapa, fue electo como nuestro segundo Gran Maestro.
El GADU, sin embargo, quiso poner a prueba nuestra capacidad de resiliencia para Establecer de forma perenne los cimientos sobre el terreno preparado. No puedo imaginar a nadie mejor calificado para sobrellevar esta prueba que al M.R.H. Patricio Espinoza. Con sapiencia, meditada resolución y el lápiz en diestra mano, adaptó los planos de construcción introduciendo prudencia, justicia, fortaleza y templanza, para así poder superar una prueba mundial, sin precedentes en el último siglo. Ante la imposibilidad de trabajar presencialmente en nuestros talleres por la pandemia, fue necesario cambiar de modo para mantener la Luz de la Masonería brillando en la oscuridad. Era el momento de convocar a los Menatschin para que colaboraran muy activamente en esta nueva forma de trabajo, a distancia, vía Zoom. Nunca se había hecho, pero con la sabia mano del Gran Maestro superamos la adversidad. La vuelta a la normalidad retomó bríos y nuestra GLACH prosiguió el camino del trabajo según los planos ya trazados. Los cimientos de la construcción están listos.
He aquí vuestra obra, Muy Respetables Grandes Maestros. Sin vuestros esfuerzos, determinación y claridad de propósito, hoy no estaríamos aquí reunidos. Gracias a ambos por vuestra entrega.
Me corresponde a mí continuar la obra: preparar, verificar y ajustar los montantes. Pero más allá de la alegoría, os invito a trabajar en los asuntos que realizaremos en este primer trienio. Seguro estoy que todos deseamos que nuestra Orden siga prosperando, y no puede haber mejor reflejo de aquello que alcanzar un número creciente de miembros que se comprometan afirmativamente y disfruten de los asuntos y trabajos que hacemos como Masones.
Compañía de Jesus 1068 of 508
Santiago, Chile